jueves, 5 de marzo de 2009

Más enriquecida y fuerte...

Hola.
Ya ha pasado más de un año. Anita permanece en nuestros corazones.
Recuerdo que a los días después de la "extracción", fui a la morgue para ver sus restos.
Estaba completa. La tomé en mi manos. Era más pequeña que mi palma...

Creo que lo hice porque necesitaba cerrar el proceso despidiéndome, pues antes no pude hacerlo debido a que mi esposa necesitaba mucho de mi apoyo. También debía estar pendiente de nuestra hija Catalina.
A Catalina le regalamos una perrita, "Pelusa", la cual juega con Catalina hasta el día de hoy. Ambas pelean, corren, juegan...

El psicólogo nos había recomendado que a Catalina la protegiéramos regalándole algo de parte de su hermanita. Pues, aunque Catalina era muy pequeña, igual percibía todo. Algo así como percepción sensorial, debido a que aun no sabía expresarse con palabras. Esto fue necesario para evitar que Catalina, siendo adolescente, manifestara negativamente esta experiencia familiar.

Por otro lado, Marcela regaló ropa que tenía para Anita a una mamá de pocos recursos que vio en un hospital, ya que eso también le traería paz, según el psicólogo. Funcionó. Todos tenemos paz y seguimos con nuestras vidas; más enriquecida y fuerte, gracias a Anita. Damos gracias a Dios por la ayuda recibida por este joven profesional.

Hoy, Catalina abraza y besa -en el vientre de Marcela- a Sofía. Llegará en junio próximo.
Estamos ansiosos, pero esta vez es diferente, todo se ve normal. Ahora a esperar...

Que la gracia de Cristo les de paz hoy.
Miguel

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Sofía, Catalina, Marcela y Miguel Angel

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